Inmobilizado material: ¿Qué incluye y cómo se calcula?

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Componentes del inmovilizado

Los activos fijos se dividen en tres subcategorías:

 

Inmovilizado material

El inmovilizado material se refiere a los activos físicos de la empresa: edificios, terrenos, mobiliario, vehículos, equipos, etc. También incluye todas las inversiones materiales necesarias para crear una estructura, optimizar y mejorar la producción. También incluyen todas las inversiones tangibles necesarias para crear una estructura y optimizar y mejorar la producción. 

 

Desde el momento en que pasan a formar parte del patrimonio de la empresa, estos activos físicos se amortizan a un ritmo basado en su vida útil.

 

Esto puede variar de 3 a 10 años. La tasa de depreciación depende de la naturaleza del activo. Además, la representación del inmovilizado es crucial para el balance de la empresa. Por lo tanto, es importante hacer un inventario y actualizar los activos fijos de forma regular.

 

Activos intangibles

Se trata de activos no monetarios y no palpables. El inmovilizado inmaterial corresponde, en este caso, al fondo de comercio, los derechos de arrendamiento y los gastos de investigación y desarrollo. Las patentes, los programas informáticos, las licencias, las marcas y los sitios web también se incluyen en el inmovilizado inmaterial.

 

La amortización del inmovilizado inmaterial tiene una duración media de 5 años. Sin embargo, el periodo de amortización del fondo de comercio puede ser de hasta 10 años a partir de la norma contable del 1 de enero de 2016.

 

Inmovilizado financiero

Como su nombre indica, los activos fijos financieros son activos monetarios. Consiste en participaciones financieras, como acciones, bonos y participaciones en la empresa. También incluye los créditos, depósitos y garantías de la empresa.

 

Los préstamos concedidos a empleados y contratistas también se incluyen en los activos financieros. Los activos financieros no dan lugar a depreciación a menos que estén sujetos a deterioro.

 

¿Cuál es su utilidad?

El balance del inmovilizado es una parte esencial de la contabilidad de lo que posee la empresa. Permite evaluar con precisión el capital circulante de los activos fijos y determina el equilibrio de la estructura financiera de la empresa. Sin embargo, es importante señalar que los activos fijos varían en función de la actividad de la empresa.

 

En las empresas de producción, por ejemplo, los activos fijos representan una parte importante del activo total, mientras que en las empresas de servicios los activos fijos no serán significativos. Además, el inmovilizado financiero ocupa un lugar importante en los holdings.

 

¿Cómo se calcula el inmovilizado?

Para contabilizar el inmovilizado, hay que determinar el importe total de cada uno de los activos fijos: inmateriales, materiales y financieros. El inmovilizado se calcula sumando estas cantidades. Por ejemplo, basta con sumar el total de cada inmovilizado para determinar el inmovilizado bruto.

 

Por otro lado, al total de inmovilizado hay que restarle el total de las amortizaciones del inmovilizado material e inmaterial para determinar el inmovilizado neto. Para evitar errores, es aconsejable utilizar un software de contabilidad específico o consultar a un contable. De este modo, puede estar seguro de que los cálculos son correctos.

 

¿Es posible calcular los ratios financieros con los activos fijos?

Cuando se obtienen los datos de los activos fijos, se pueden calcular los ratios de activos fijos. Entre ellas se encuentran:

  • el índice de desgaste: permite determinar el grado de desgaste de los equipos y anticipar posibles renovaciones;
  • financiación del inmovilizado: al poner de relieve la tasa de cobertura del inmovilizado, esta tasa permite verificar el equilibrio financiero de las inversiones;
  • intensidad del capital: informa de la importancia de la partida de inmovilizado en el balance.

¿Cómo controlar el inmovilizado?

El control de los activos fijos es esencial para garantizar la sostenibilidad de la empresa. En este sentido, es importante entender y saber cómo evaluar y analizar los activos fijos para encontrar los puntos fuertes y débiles. Esto facilitará la determinación de las medidas de mejora adecuadas.

El análisis de los activos fijos puede establecerse comparándolos con los activos corrientes. Esto le permitirá determinar las necesidades de inversión. Si el activo corriente es inferior al activo fijo, la empresa puede necesitar grandes inversiones. Por otra parte, es interesante comparar la evolución del inmovilizado a lo largo de varios años. Esto le ayudará a evitar la depreciación continua.

 

¿Cuáles son las fuentes de financiación del capital?

La adquisición de bienes de capital y la renovación de las inversiones deben financiarse con recursos estables y sostenibles.

 

La primera opción es financiar el inmovilizado con el capital propio de la empresa. Para ello se recurre a la aportación inicial o se lanza una ampliación de capital.

 

Los préstamos bancarios también forman parte de las opciones. Es posible devolver el préstamo en bloque una vez transcurrido el vencimiento acordado o a plazos. Los intereses dependen del importe total del préstamo.

 

El leasing también puede ser una alternativa interesante para financiar los activos fijos. Tenga en cuenta que existe el leasing inmobiliario y el leasing de equipos.

 

¿Cuál es la diferencia entre el activo corriente y el activo fijo?

Los activos fijos se diferencian de los activos corrientes. Aunque forman parte de los elementos necesarios para la gestión contable de una empresa, estos activos son datos específicos muy distintos. Sus diferencias radican, entre otras cosas, en sus componentes, así como en su método de cálculo.

 

De hecho, el activo circulante incluye los activos líquidos de la empresa, en este caso las existencias, los créditos comerciales y los gastos anticipados. Los activos fijos son activos que son útiles para la empresa a largo plazo.

 

A diferencia de los activos corrientes, los activos fijos están destinados a permanecer en la empresa a largo plazo. El inmovilizado se valorará en función de sus costes de adquisición y producción y de su vida útil.

 

Algunos pueden estar sujetos a depreciación, como los activos tangibles e intangibles. Cuando se venden los activos fijos, el valor original de los artículos vendidos se deduce de la depreciación acumulada.


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